Sophie Germain
Sophie Germain, quizás la mujer matemática más brillante de la historia tuvo que adoptar la identidad de un hombre para poder dar a conocer sus descubrimientos matemáticos. Fue autodidacta, en plena revolución francesa seguía siendo mal visto que una mujer estudie matemáticas. Sophie estudió a escondidas, contrariando incluso a sus padres.
La escuela politécnica de París nació con la revolución, pero sus puertas estaban cerradas para las mujeres, por lo cual Sophie Germain adoptó la identidad de un antiguo alumno de la escuela "Monsieur Le Blanc", para conseguir los materiales y problemas y para presentar sus propios resultados y trabajos. El gran matemático Lagrange quedó impresionado por la brillantez de los trabajos de Monsieur Le Blanc y se empeñó en conocer al alumno. Su sorpresa fue inmensa cuando descubrió que en realidad era una mujer y desde ese momento se convirtió en su profesor particular.
Sophie también aceptó el reto con El ultimo teorema de Fermat y aunque no consiguió demostrarlo, aportó un resultado que asombró al propio Gauss: Para todos los números primos n menores que 100, si existiese una solución para el teorema de Fermat, alguno de los números (X, Y o Z) tendrían que ser múltiplo de n, gracias a este resultado otros matemáticos encontraron solución para n=5 y n=7.
En el siglo XIX seguía siendo difícil para las mujeres ser tenida en cuenta en los foros científicos, a pesar de ellos Sophie Germain obtuvo un premio de la academia de ciencias de París por una memoria sobre las superficies elásticas, el cual no fue a recibirlo.
Sofia Kovalévskaya
20 años después de la muerte de Sophie Germain, en Moscú, un oficial de artillería del zar se lleva una ingrata noticia al enterarse que fue padre de una niña, Sofía Vassilíevna Korvin-Krukovskaya. En su casa de campo, su padre calculó mal la cantidad de papel para empapelar las paredes de la casa, y Sofía vivió muchos años en una habitación empapelada con las conferencias de un matemático ruso sobre cálculo diferencial e integral.
Entre sus trabajos figuran "Sobre la teoría de las ecuaciones diferenciales", que aparece en el Journal de Crelle y "Sobre la rotación de un cuerpo sólido alrededor de un punto fijo", por el cual obtuvo un importante premio, otorgado por la Academia de Ciencias de Francia, en París, en 1888.
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